COMO RECUPERAR LA MARCHA Y POSTURA A TRAVES DEL METODO DE REEDUCACION NEUROMUSCULOESQUELETICO.

COMO RECUPERAR LA MARCHA Y POSTURA A TRAVÉS DEL MÉTODO DE REEDUCACION NEUROMUSCULOESQUELETICO.

Estos tiempos a traido un gran avance en lo tecnológico lo cual ha hecho que, nuestras vidas sean más confortables y menos exigentes en lo físico ya que, ahora no se caza para sobrevivir. Este desarrollo ha producido un cambio en las personas por ejemplo; donde personas pasan mucho tiempo frente a la pantalla de su ordenador, donde la pantalla de este, no esta de acorde a la altura visual provocando; una mala postura (aumento de la curvatura cifosis dorsal, lordosis lumbar) a parte de otras alteraciones neuromusculoesquelético en extremidades superior ejemplo; tendinitis, epicondilitis.
Lo más preocupante es la utilización de los moviles inteligentes o smart phones donde las personas interactúan gran parte del día, escribiendo y enviando mensajes. La postura que muchas veces se puede observar de estas personas (habitualmente gente joven) es la cifosis dorsal, producido por la ubicación para poder escribir en el móvil, esto cuando están en bipedestación (detenida).

Es preocupante además ver la poca importancia que se le da a esto en las clases de Ed. Física en colegios o institutos donde es el profesor es el encargado de realizar la evaluación antropométrica desde básica hasta la media, con el objetivo de prevenir y recuperar la funcionalidad dinámica de las estructuras y marcha, solo que esto no es así, se que ello no esta contemplado en los planes educacionales y proyectos de los diferentes gobiernos, solo que, un niño o niña con alteración postural será un adulto que, tendrá menos calidad de vida además demandara más atención del estado (kinesiología, osteopatía u otras )

¿Cómo podemos y que, debemos hacer los padres?
Desde edades tempranas podemos ver nuestros hijos en la marcha, si tiene un caminar de pato esto indica un pie plano (caída del navicular) es ahí que, debemos adquirir zapatos con un leve arco interior para que, así comiencen a trabajar todos los músculos plantares. Evitando que esto se presente, cuando bañemos a nuestros hijos en la tina, después de esto le realizamos un leve masaje comenzando por la planta del pie lado derecho (favoreciendo el retorno circulatorio) hacemos hincapié en la zona o arco plantar. Cuando ya están en el colegio enseñarles a cargar el peso de la mochila de forma adecuada, además de ejercicios de estiramientos así evitamos las molestas contracturas musculares o lumbagos.



¿Qué puede hacer el método de reeducación neuromusculoesqueletico ante esta situación?

El método de reeducación neuromusculoesqueltico se aplica en el tejido conectivo del cuerpo . 

 Lo que se consigue el método, permiti un cambio de registros en la tonalida postural y marcha produciendo unas series de respuestas, debido a que el paciente se informa de manera exterior por medio de los diferentes mecanismos propioceptores: presiones, trazos, elevaciones, en el tejido conectivo. Incrementa, de esta forma, una retroalimentación al córtex cerebral, el cual producirá un reordenamiento de las estructuras neuromusculares y del organismo en general. 
Con ello, estamos reeducando la inteligencia somato emocional del ser. 
Por tanto, debemos tener presente cuando realizamos la evaluación dinámica de las estructuras las disfunciones producidas por las alteraciones posturales, neuromúsculoesquelético debido a la gravedad, además de otros factores bioquímicos que producirán cambios en los fluidos orgánicos. 
La realización del método permitirá un cambio sustancial de la información de la que se tenía y de la que hará cambiar los nuevos registros.
La idea consciente que tiene el individuo del movimiento permitirá que la información influya de manera consensual sobre el tono corporal, a raíz de su sensación anticipadora. 
Cuando realizamos los trazos sobre el tejido conectivo, por ejemplo, éste se alarga, el umbral de excitabilidad de los husos musculares, se sobrepasan más rápidamente haciendo que las moto neuronas alfa reaccionen excitando la musculatura de trabajo, lo que nos entregará un aumento en el tono, además de interactuar otra serie de mecanismos a nivel del córtex cerebral. 
Esto que sucede entonces con su actitud corporal, desde el punto neurofisiológico, nos muestra su estado emocional.
Para lograr que la terapia cumpla las proyecciones deseadas debe existir una actitud de ambos. 
El compromiso consiste, por esta razón, en que el terapeuta debe haber traba¬jado consigo mismo. No podemos entender y comprender a los demás, si no nos hemos reconocido nosotros mismos en las faltas y cualidades. Para esto debemos despertar la con¬ciencia del ser.

Conciencia corporal.

Este concepto puede recibir muchas críticas, ya que puede ser objetivado como sólo una percepción y no una situación clínica donde existe un registro. Se produce todo un proceso desde que muy pequeños realizamos nuestros primeros movimientos de apoyarnos sobre el abdomen para luego girar y quedar sobre la espalda. Esto hace que nuestro cerebro vaya madurando y organizando todos nuestros movimientos hasta que nuestra posición de pie sea controlada y equilibrada.
Cuando pedimos al paciente que preste atención a la zona, le estamos indicando al cerebro que con su mapa interior desarrolle una imagen con su estructura nerviosa, realizando una selección entre las informaciones entrantes. Por ejemplo, los mensajes propioceptivos que efectuamos sobre el tendón de Aquiles producen una inclinación del cuerpo hacia atrás. Ahora bien, cuando realizamos las manualidades de una extremidad y luego volvemos a decirle que realice una toma de conciencia corporal y compare esa zona con lo que era antes, no sólo ese lado habrá modificado su estado sino que, además, habrá desarrollado la información necesaria para aprender.
Es bien sabido que a toda acción hay una reacción y toda fuerza aplicada desde el exterior desata una reacción interna en busca de un nuevo equilibrio.
Posición y movimiento
El mantenimiento de una posición y la realización del movimiento son dos funciones diferentes y complementariamente opuestas. Los receptores propioceptivos musculares son los más contribuyentes en el sentido de la posición y del movimiento.
En cuanto a la marcha, su observación será realizada por el quiroterapeuta en un espacio físico de 6 a 10 metros de largo, ya que los primeros 5 pasos no serán una buena referencia. Si observamos el miembro inferior del lado derecho, éste será estudiado en todo su ciclo hasta el siguiente contacto con el mismo talón.
La ubicación del terapeuta será más provechosa de perfil, ya que podrá apreciar la armonía y regularidad del paso y luego los movimientos sagitales del pie la rodilla y cadera. En la observación de frente y de espaldas sólo podrán apreciar la separación de los pasos de las rodillas y sobre todo las asimetrías laterales de la pelvis. La distancia recorrida nos permite poder ver la velocidad o que nuestra visión no sea tan oblicua en la observación. Sólo el terapeuta con destreza podrá determinar y conformar una buena imagen con pocos pasos. Debemos tener presente que existe dos fases del ciclo de la marcha: uno será el del apoyo plantar, y el otro será la oscilación cuando va hacia delante.
El paso deberá ser armonioso, económico sin interrupciones, renquera o zancadas. Su longitud será igual entre los dos pasos, con idéntica velocidad la derecha que la izquierda. Asía, se observa la velocidad de la marcha al ritmo propio del paciente y luego con variaciones. 
En la marcha normal caminando encontramos que los pacientes presentan problemas del tipo de uñas encarnadas, calzado inadecuado, hormas estrechas y otras, que producirán que éste se desplace con una marcha antálgica, quedándose sobre la extremidad afectada por un corto tiempo. También podemos encontrar alteraciones en el apoyo del talón sobre el suelo debido a procesos doloroso porque el individuo presente un espolón calcáneo, y esto provoca la marcha desigual. Además, la rodilla si se encuentra con un debilitamiento funcional muscular del cuádriceps y una flexión de la articulación producirá un mayor desbalance e inestabilidad de la misma.
El apoyo plantar en un pie normal se siente como si estuviera en tres puntos a manera de un trípode. Cuando las condiciones morfológicas del individuo no son las óptimas nos encontramos con pies planos rígidos donde aparecen los arcos caídos. Incluso las callosidades también pueden implicar una marcha defectuosa. Las caderas, en el desplazamiento de la marcha, tendrán un desnivel promedio de 2,5 centímetros de desplazamiento lateral sobre el lado de la carga. En el caso de que el individuo padezca de una limitación articular en la zona metatarsofalangica se verá imposibilitado de 
realizar una hiperextensión de la misma, debido a que el impulso final se realiza con el dedo gordo, por lo que se verá forzado a realizar el empuje con la zona lateral y anterior del pie.





Ubicación del paciente 
La utilización de las diferentes ubicaciones del paciente será llevada a cabo cuando nuestra evaluación final de la marcha identifique las exigencias que realiza el individuo. Corporal¬mente habrá alguna disfunción y sobre este parámetro realizaremos nuestro trabajo. En cada sesión volveremos a evaluar las nuevas demandas y exigencias corporales sin dejar para la próxima sesión algún segmento que luego sea evaluado en disfunción y poca armonía con el resto.
Nuestro planeta está sometido a la fuerza de gravedad; por eso, nosotros cambiamos el influjo de esta fuerza y nuestro sistema nervioso central en cada momento del día, por lo que nuestro sistema músculo esquelético, ya sea estando de pie o tumbado, tiene que adaptarse, pues nuestro cuerpo necesita de bases de apoyo para sentirse seguro. Para ir desarrollando este método se busca lo que sea más efectivo y funcional. Hay que tener presente que es el terapeuta con sus manos el que despertará las respuestas deseadas.
Sedestación
La base en la que puede descansar la pelvis, el tronco, la cintura escapular y la cabeza puede ser en un taburete de base fija o en un balón de 55 centímetros de diámetro. La base en la cual estará sustentada la pelvis demandará la función del sistema nervioso sobre el tono postural, ya que en esta zona descrita anteriormente se encuentra gran número de mecanismos receptores, los cuales podrán transmitir gran cantidad de información.
El estímulo que produce el terapeuta, con los dedos de su mano sobre los paravertebrales con un movimiento de flexión y extensión del tronco en ambos lados, producirá un registro en el sistema vestibular como respuesta, un cambio en el tono postural de enderezamiento.
El paciente estará sentado sobre un balón de 55 a 65 centímetros de diámetro y con los pies apoyados y separados para que los brazos cuelguen dentro del espacio. Desde un lado del paciente, el terapeuta le pide que se incline hacia delante llevando los brazos por dentro y colgando. Nuestros dedos, en ángulos de 45º bajo el borde occipital a un lado de la vertebral, van realizando un trazado acompañándonos con el enderezamiento del tronco y respiración del paciente. El trazo será rítmico, sin presión excesiva, hasta la zona sacra altura S3. Devolviéndonos hacia la postura del inicio y exhalando en este último trayecto, la maniobra se ejecutara 3 a 5 pasadas a cada lado hasta sentir que los paravertebrales han aflojado. Luego, en sedestación realizará una fricción larga por el borde de cada dorsal ancho, como también sobre cervical7 y en zona anterior sobre y bajo zona clavicular y esternocleidomastoideo.
En bipedestación, desde el lateral observando en el caso que el paciente presente su lordosis leve y una cifosis aumentada, si ésta se corrige y aumenta la lordosis como compensación, realizamos otra postura, bipedestación prona. La evaluación no es estática, se realiza una marcha para valorar la exigencia. 




Autor; Jaime Valenzuela C.
Diplomado en Quiromasaje y Osteopatia.

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